La ruta de cinco días en Copenhague. Qué ver en la capital y alrededores

Decir si cinco días en Copenhague son muchos o pocos es difícil. Escuchar que con una escapada más corta es suficiente para conocer los atractivos de Copenhague es habitual. Para nosotros el tiempo de un viaje nunca es demasiado y aquellos cinco días en Copenhague estuvieron, como siempre que salimos de viaje, bien aprovechados. Volvimos con la certeza de poder escribir acerca de qué ver y qué hacer en Copenhague con detalle. Y es lo que vamos a tratar de hacer.

Organizar el viaje a la ciudad no fue difícil. Encontrar el vuelo fue casi lo más sencillo. Reservar un alojamiento económico en Copenhague se puso más cuesta arriba y la verdad es que gracias a que buscamos con antelación tuvimos suerte con la elección.

Atados vuelo y alojamiento sólo quedó ponerse manos a la obra para montar la ruta de aquellos cinco días en Copenhague. ¿Queréis saber como los distribuimos? Aquí van todas nuestras recomendaciones para pasar el mejor fin de semana largo en Copenhague que imagináis.

La ruta de cinco días en Copenhague

El alojamiento en Copenhague

Os dejamos las dos opciones que barajamos. En los dos casos, alojamientos en la ciudad con la mejor relación calidad-precio. Como os escribimos, no fue fácil encontrar un lugar donde dormir a precio razonable. El distrito de Norrebro nos gustó, desde luego bien comunicado y animado. El Hostel que elegimos tiene precios difícilmente superables. La otra opción está más céntrica pero nos aparecía reservado y no pudimos alojarnos allí.

Día 1: El vuelo de ida y un paseo sin rumbo al atardecer por el centro de Copenhague

Nuestros “primeros días” en un viaje casi siempre acaban igual. Los horarios de los vuelos baratos no son siempre los mejores (Ponte ya a buscar el mejor vuelo a Copenhague si quieres ahorrar algo). Te obligan en muchas ocasiones a madrugar, a correr para no perder enlaces y acabas llegando al destino con pocas o ninguna gana de ponerte a “hacer turismo”. En esta ocasión nos pasó algo parecido así que ese día de llegada nos hicimos con nuestro alojamiento, salimos a conocer algo del barrio, un corto paseo por el centro sin un rumbo fijo y a descansar temprano. ¡Eso también es viajar!

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Día 2: Free tour por la mañana. La Sirenita y Christiania al atardecer

El free tour por Copenhague de Civitatis

Con el merecido descanso previo a conocer Copenhague, aquella mañana nos pusimos las pilas y salimos temprano. Habíamos buscado y reservado un free tour para el primer día y así hacernos con la ciudad.

En Civitatis encontramos dos posibilidades, a las 10 y a las 11 de la mañana, ambas con una duración aproximada de dos horas y media y las dos con salida desde la plaza del Ayuntamiento. Decidimos unirnos al primero.

Nos gusta embarcarnos en estos tours guiados en las ciudades que visitamos. Te ubican en la ciudad, te ayudan con una pincelada general de lo más visitado y siempre te aportan algún detalle o curiosidad que no habías leído. Así pues a las diez de la mañana comenzaba nuestro recorrido para conocer lo mejor de Copenhague.

Tenemos un artículo completo en el que os damos toda la información sobre las visitas, los precios, el transporte, el alojamiento y hasta dónde comimos y bebimos > Haz click aquí en Cómo organizar una escapada a Copenhague

Comenzamos como digo en la plaza del Ayuntamiento, presidida en un lado por el magnífico edificio del consistorio. Construido entre 1892 y 1905 en ladrillo rojo y estilo gótico se adorna con elegantes figuras, cada una con su historia y significado. Se pueden ver dos figuras de osos polares en cada esquina con los que quisieron reivindicar el dominio sobre Groenlandia y las Feroe.

Leemos que los anteriores ayuntamientos de la ciudad se quemaron en sucesivos incendios de la ciudad. Por este motivo también se añadieron unas figuras que recuerdan unos dragones con los que, según la tradición danesa se pretende proteger el edificio del fuego.

En el edificio destaca la torre del Reloj marca además de la hora local, la hora solar. Por 30 coronas se puede subir.

Junto al mismo, el Tivoli, el parque de atracciones que inspiró a Walt Disney para construir el suyo. Más adelante lo visitaríamos.

Un gran termómetro de otro edificio cercano en la plaza marca la temperatura de la ciudad y sobre el mismo dos figuras conocidas entre los daneses como “las chicas del tiempo”. Tradicionalmente se asomaba una u otra según la previsión pero era tal la frecuencia del cambio de tiempo en la ciudad que se optó por dejar las dos fuera. Pudimos dar Fe de esto en nuestros cinco días en Copenhague, cada día salía el sol, llovía o tenías que sacar la chaqueta.

La calle comercial Strøget con hasta dos kilómetros de longitud, dicen que la mayor calle peatonal del mundo, y algunas de las tiendas caras a las que no entrar… También otras muchas de las habituales marcas y algunos restaurantes y cafeterías. Si es recomendable entrar a la tienda de Lego, del danés “jugar bien”.

Nosotros salimos de la plaza por una calle paralela a Strøget, presidida por la bandera multicolor. Dinamarca fue el primer país del mundo en despenalizar la homosexualidad y su población se enorgullece de ello. En esta calle, en 1917 se abre el Local Centro, el primer local gay del mundo.

La calle desemboca en la prisión y sale a la plaza Absalón, fundador de la ciudad. En la plaza nueva, el palacio de Justicia conectado con la prisión por dos pasadizos. Dependiendo de la suerte de tu juicio saldrías por uno u otro de los dos pasadizos. Adelante la plaza Vieja que lleva al barrio Latino por el que lo mejor es perderse. Entre ambas, la fuente más antigua de la ciudad de Copenhague.

Salimos hacia la calle Magstræde, la “calle de las letrinas” la única que sobrevivió al gran incendio que destruyó la ciudad. Fruto de ello se abrieron las viejas cervecerías de la ciudad y fue aquí donde nace la archiconocida Calsberg. Al comenzar la calle, el Bastard Café, donde lo difícil será no encontrar un juego de mesa que te guste y que Paula, nuestra guía, nos recomienda por precio.

La calle sigue con Snaregade, el lugar que se hizo famoso con la visibilidad dada por la película “La chica danesa”, basada en la primera persona trans del mundo, al menos la primera que consiguió su reconocimiento legal.

Desde aquí nos dirigimos hacia algunos de los famosos canales de Copenhague. Uno de estos canales rodea la isla donde se encuentra el Palacio Cristiansborg. Los tres poderes del estado, ejecutivo, legislativo y judicial, están en este mismo lugar, el único lugar del mundo donde se juntan los tres. Los lunes la reina Margarita II ofrece un servicio con condecoraciones y se encuentra cerrado. El acceso se encuentra presidido por la estatua ecuestre de Cristian IX el conocido como “suegro de Europa”.

Justo frente al mismo, el Nationalmuseet, el Museo Nacional de Dinamarca. Lo dejamos para otro momento y bordeamos el palacio hacia los jardines y la Biblioteca Real. Nos recomiendan entrar y visitar el interior pero será en otro momento. El tour sigue a toda prisa su recorrido. En el recinto también se puede visitar el museo Judío de Copenhague. Se rinde homenaje a los 7000 judíos daneses que salvaron su vida gracias a los luteranos de Copenhague que les ayudaron a huir hacia Suecia poco antes de ser buscados para su captura por los nazis.

Saliendo del otro lado del palacio, la estatua de Federico VII, valedor de la primera Constitución danesa. Por este lado se accede a la torre del palacio. A diferencia de la del Ayuntamiento, gratis.

Saliendo de esta pequeña isla en el centro de Copenhague, la iglesia de San Nicolás. Pasamos de largo y llegamos hasta la plaza Nueva del Rey. En el centro Cristian V en primero de los reyes absolutistas de Dinamarca. En la plaza, la Academia Real de Bellas Artes y el Ballet, Teatro y Opera Real. También Magasin du Nord, uno de los centros comerciales más caros de Europa y el hotel D’ Angleterre, también el más caro del país.

El recorrido sigue hacia el antiguo canal de Nyhvan, el “puerto Nuevo”, seguramente la estampa de Copenhague más compartida en redes. Las famosas casas de colores, antiguas atarazanas por donde llegaban las mercancías a la ciudad y ahora algunos de los restaurantes más turísticos de Copenhague. El puerto fue mandado construir por Cristian IV. Se dice que las casas se pintaron de diferentes colores para que los marineros supieran dónde debían dejar sus mercancías aunque también se piensa que así podían llegar a su casa aunque fueran tremendamente borrachos…

Desde el canal se puede seguir hacia Chtistiania la comunidad autoproclamada libre de Dinamarca. El barrio se encuentra parcialmente autogobernado por sus residentes y su historia es particularmente curiosa.

Nosotros nos dirigimos a Amalienborg, la residencia real de Margarita II, actual reina de Dinamarca desde 1972. En el centro de la gran plaza la estatua de Federico V, la que dicen que se llevó el presupuesto de la cercana Iglesia de Mármol.

A espaldas de la estatua ecuestre el polémico edificio de la Ópera House. Se inauguró en 2005 con una ópera de Verdi interpretada por Plácido Domingo. Aquí termina el tour y por recomendación de Paula, nuestra guía, nos acercamos a visitar el interior de la iglesia de Mármol o de Federico, levantada en 1749. Inspirada en la basílica de San Pedro en el Vaticano y muy recomendable.

Durante la ruta por la ciudad, muchas referencias a Hans Christian Andersen, el mayor literato de cuentos infantiles de la historia, que nació en Dinamarca y vivió en Copenhague. El patito feoLa sirenitaEl soldadito de plomoEl sastrecillo valiente y tantas otras historias (más de 150) salieron de la imaginación del autor danés. Precisamente del cuento más conocido, La Sirenita, surge la idea de la famosa escultura de Copenhague, símbolo de la ciudad que surgió del cincel de Eriksen por encargo en 1909 de Carl Jacobsen, dueño de Carlsberg.

Desde 1913 la Sirenita aguarda junto el canal. Durante todos estos años ha sido decapitada, pintada, lanzada al agua y hasta se le llegó a soldar un juguete sexual en una mano. Hacia allí nos dirigimos una vez terminado el tour.

Agradecer a Paula, nuestra guía, sus magníficas explicaciones y las pistas que nos ofreció sobre el modo de vida danés y la ciudad de Copenhague.

Te gustan los free tours en las ciudades como a nosotros. El que ofrece Civitatis es justo el que acabas de leer. Si quieres hacerte con tu reserva previa para el free tour en Copenhague > Haz click aquí

La tarde entre La Sirenita y Christiania

Antes de seguir el paseo hasta la famosa escultura de la capital, paramos a comer en el Café Oscar, tras el palacio. Un restaurante plagado de locales donde por 30 € cada uno añadimos cerveza y café a nuestros platos.

Con el estómago lleno y para llegar a la archiconocida Sirenita optamos por cruzar el cuidado parque Churchill en cuyo interior se encuentra la fortificación conocida como Kastellet, la ciudadela, del siglo XVII. Según leemos, una de las fortalezas mejor conservadas del norte de Europa y no le falta razón. Muy buena idea la de cruzar la fortaleza para llegar. En el camino, la fuente de Gefión, donación de Carlsberg como tantas otras cosas en la ciudad, en su 50 aniversario.

Definitivamente llegamos hasta la ansiada figurita. Poco que añadir, como habíamos leído, lo mejor está en el paseo y el rato que puedes echar viendo las selfies imposibles que la gente asume de inmediato como perfectas para sus redes.

Y aunque el tiempo no acompaña y comenzamos a acostumbrarnos a los continuos cambios de clima de la ciudad, pasearemos al atardecer por el estado independiente de Christiania.

La “ciudad libre” de Christiania

Este trocito de Copenhague fue ocupado en su día, a nuestro modesto entender, por hippies que gustaban de la vida alegre y sosegada. Unos antiguos barracones militares les sirvieron de vivienda. Aderezados con algún que otro cultivo de plantas para consumo propio crecieron como comunidad y a pesar de las presiones consiguieron mantenerse al margen de la legalidad en la capital. “Ciudad libre” se autoproclamaron. Hoy por hoy y según nos cuentan, siguen regidos por su propia organización, no pagan los impuestos que otros si pagan y alardean de no ser miembros de la Comunidad Europea en un cartel a la salida del barrio.

También nos contaron que no admitían el pago con tarjeta en muchas tiendas y bares o que los precios podían ser un 50% más baratos que en el otro lado del canal. En el primer local que entramos huyendo de la lluvia fueron 4 € por café con nuestra N26…

Una vez entras el aroma que se desprende en cada rincón da idea de lo que allí se cuece, más bien se consume. Se vende sin prohibición y se consume en cada terraza. Mejor no hacer fotos nos advierten. ¿Ficción o realidad? Ahí está para que lo comprobéis.

Volvemos hacia el centro. Para la cerveza antes de morir a caminar: Taphouse, la Meca de la cerveza, muy cerca del Ayuntamiento. No vas a poder probarlas todas. Día apretado y aprovechado a partes iguales.

Día 3: El castillo Rosenborg, la Torre Redonda y la catedral de Copenhague

Por recomendaciones habíamos elegido la visita interior de tres castillos: Rosenborg, Christianborg y Kromborg. El segundo día decidimos la visita de Rosenborg y llegar hacia el centro por el agradable paseo de calles peatonales que desde allí arrancan.

El castillo Rosenborg

Construido entre 1606 y 1634 por el que ya nos va sonando Christian IV como su palacio de verano. Lo más destacado para muchos son los jardines de alrededor, los conocidos jardines del Rey. El palacio es de pequeñas dimensiones para lo acostumbrado en este tipo de construcciones. A nosotros la verdad es que nos gustó la combinación del ladrillo rojo y los tejados verdes y, efectivamente, llama la atención lo reducido del espacio. En el interior del edificio el museo custodia entre otras obras de arte las joyas de la corona danesa.

Para llegar se toma ella línea verde 1 o la amarilla 2 hasta Nørreport. El precio de la entrada 125 coronas, 16.5 € (incluida en la Copenhaguen Card). Gratis para menores de 18 años y 80 coronas con el carnet de estudiante. Existe un ticket combinado para visitar también Amalienborg por 200 coronas. El horario de 10 a 16 horas.

El castillo Rosenborg de Copenhague
El castillo Rosenborg de Copenhague

Para entrar hay que dejar la mochila o bolso en las taquillas.

En la planta baja, se comienza por el salón de invierno, adornado con pinturas de la escuela holandesa. Destaca una figura a caballo de Christian IV de plata bañada en oro. A un lado, la sala de escritura del monarca. Se suceden más salas dedicadas al rey, abundante mobiliario, incluso la sala donde murió. Se asciende a la segunda planta por la torre de la escalera. La salas pertenecen en este caso a Federico IV, Christian VI y Federico V junto otros de los sucesores de la monarquía.

En la planta superior, el salón de los emblemas reales con grandes tapices cubriendo las paredes. Los leones de plata custodian el trono. Las escaleras nos llevarán al sótano donde se encuentra el Tesoro Real junto con otros objetos de la realeza. Nos llamó poderosamente la atención la colección de armas de fuego o la sala de objetos de marfil tallado que se exponen. Las piezas más importantes del tesoro, las coronas reales.

Como consejo merece la pena comprar la entrada al palacio Rosenborg previamente y reservar el horario de visita. Si después de hacer la cola llegas a comprarla en taquilla te asignarán el primer horario disponible

En los alrededores y para los que gusten de los museos: el de Historia Natural, la Galería Nacional y el jardín botánico.

Después de visitar el castillo de Rosenborg bajamos por la calle peatonal Frederiksborggade en dirección a la catedral. Paramos en la iglesia de la Trinidad y la Torre Redonda de Christian IV.

La Torre Redonda de Copenhague

Construida por orden de Christian IV como observatorio astronómico en el siglo XVII lo que lo convierte en el más antiguo de Europa. Lo mejor de la Torre son las vistas a las que acceder tras ascender la rampa de 209 metros de altura. La subida puede resultar fatigosa. El último tramo es una estrecha escalera. Desde los 35 metros de la Torre se obtienen buenas fotografías en un día despejado. ¡Mucha suerte!

Permanece abierta de 10 a 20 horas. El precio por subir 40 coronas (5 €) si bien también está incluida en el precio de la Copenhaguen Card.

Siguiendo, la Catedral con poco o ningún atractivo y la Universidad. Para comer: Restaurante Karla, cerca del Ayuntamiento. Todo un acierto.

El tiempo, con viento y lluvia a cada momento, se empeñaba en hacer de nuestros cinco días en Copenhague un desastre así que dedicamos la tarde al ocio de los cafés y las compras.

Las vistas desde la curiosa Torre redonda de Copenhague

Día 4: El paseo por Nørrebro, la biblioteca Real y Christianborg. El gran tour por los canales

El paseo por el distrito de Nørrebro

El barrio es famoso durante los fines de semana por algunos mercados. El tiempo no acompaña pero decidimos salir a conocerlo. Los carriles bici llenan las calles y cruzamos algunos parques. Se nota que es Sábado y los daneses que por allí pululan transmiten a la perfección el concepto hygge.

Terminado el parque de Nørrebro, indispensable si vienes con niños, la calle Jægersborggade, llena de pequeñas tiendas de diseño, cafés, chocolaterías, bodegas, restaurantes… de la que tomamos nota para la noche.

La calle termina en el cementerio Assistens, el lugar donde yace el cuerpo de Hans Christian Andersen. Es curioso como la gente pasea, carros de niños incluidos, entre las tumbas. Para localizar el lugar del escritor merece la pena tener descargada la App Maps Me.

Puede parecer que no hay mucho que ver en el barrio pero merece la pena perderse y callejear un rato por Nørrebro.

Cruzamos el canal y vamos a por alguna de las visitas que nos quedan e interesan en el centro histórico. De camino, parada obligatoria.

El mercado gastronómico de Torvehallerne

Justo en la parada de metro de Norrepørt. Comida típica danesa con un toque moderno y fruto del mejor producto. Paraíso gourmet donde los más sibaritas pueden almorzar con el mejor champagne. Los locales abiertos del mercado dan para un curso de fotografía con la mercancía perfectamente alineada y lo único que se complica al llegar es elegir uno donde disfrutar de la cómoda y el ambiente.

Un buen lugar donde probar un smørrebrød, uno de los famosos sándwiches abiertos de los escandinavos o en Hav, catar los tartares de atún o salmón. Todo un acierto la parada para retomar fuerzas camino del centro.

La biblioteca nacional de Dinamarca

Para entrar, aunque la foto clásica es desde el palacio, hay que dar la vuelta, hacia el moderno edificio conocido como el Diamante Negro, la Biblioteca Real de Dinamarca, inaugurado en 1999 y que quedó anexionado a la antigua biblioteca de ladrillo.

La vieja biblioteca fue fundada en 1648 por Federico III. Todas las obras impresas en el país desde el XVII están allí depositadas, constituyendo la mayor biblioteca de los países escandinavos. La sala realmente interesante solo está abierta para personal del centro.

Desde aquí solo cruzar y nuestra siguiente visita.

El castillo y la torre de Christianborg

El palacio se sitúa en la pequeña isla de Slotsholmen. Actualmente es la sede del Parlamento, la oficina del primer ministro y la Corte Suprema, los tres poderes nacionales. La primera de las edificaciones data del 1167 y a partir de ahí se han ido sumando edificios hasta llegar a su actual aspecto, aunque dos graves incendios hicieron que fuera totalmente remodelado en el siglo XX.

Subimos a la torre. Hay que aguantar la cola, solo hay un ascensor para hacerlo y hay que pasar un buen control de seguridad. El primero que pasamos en el país. La subida en gratuita y ofrece una vista distinta a la que da la Torre Redonda.

La torre está coronada por tres coronas, las que colocó Margarita I ante la negativa y la mofa del pueblo y sobre todo de Alberto III de Suecia, hacia su reinado. Siendo mujer costó que le fuera reconocido el título pero tras la victoria en la batalla no tardó en convencer a todo el mundo y asumir la regencia del reino de Kalmar: Dinamarca, Noruega y Suecia.

Arriba, si llegas con hambre, con reserva y con dinero puedes comer en el restaurante con vistas.

La visita del palacio ya es de pago y cuesta en función de las dependencias que quieras visitar. Se pueden visitar la sala de recepciones, la Capilla, las cocinas reales y los establos reales. Por todo 160 coronas. Cansados como estábamos y poco amantes de estas visitas, nos saltamos el paseo.

Frente al palacio y con toda la intención de descansar y aprovechar los tímidos ratos de sol que asoman, nos lanzamos a un tour por el canal.

El gran tour por los canales

Salen cada 40 minutos y la duración total será de una hora. El precio 100 coronas, unos 13 € cada uno. Cuentan con audio guía, incluido en español. El horario, entre las 9:30 y las 18 horas aunque durante los meses de verano se prolonga hasta las 21 horas. De septiembre a mayo sólo funciona entre las 10 y las 15:30 aunque dudamos que sea agradable el paseo.

Resulta curioso el tamaño de las barcazas encargadas, perfectamente adaptadas en tamaño a la altura y anchura de los puentes que va cruzando.

Los barcos parten desde Ved Stranden o desde Nyhavn. Definitivamente nos gustó el recorrido, una manera diferente de ver los edificios que llevábamos visitando del otro lado en estos días.

Consejo: Dos de las atracciones imprescindibles en la ciudad de Copenhague son el gran tour por el canal y la entrada al parque de atracciones de Tívoli. Si quieres ahorrar tiempo en las colas y algún euro en el precio puedes comprar una entrada combinada para ambos> Haz click aquí y asegúrate la entrada.

Tarde tranquila para aprovechar la nueva luz que nos regalaba la ausencia de nubes ese día.

Día 5: El parque de atracciones de Tívoli, la Gliptoteca y la iglesia de San Salvador

La visita del parque de atracciones de Tívoli

El segundo parque de atracciones más antiguo del mundo (el primero también se encuentra en Dinamarca) y uno de los sitios imprescindibles que visitar de la ciudad de Copenhague.

Se inauguraron nada más y nada menos que en 1843 y el mismísimo Walt Disney se quedó enamorado del parque hasta tal punto que lo uso de inspiración en sus famosos establecimientos.

La entrada cuesta 145 coronas, solo por entrar (155 coronas en fin de semana). Si quieres subir a alguna atracción tienes que pagarla. Puedes comprar un pase ilimitado para subir a todas cuantas quieras (245 coronas) o ir pagando por las que quieras probar (90 coronas cada una).

Respecto al horario el parque abre del 4 de abril hasta el 22 de septiembre. De domingo a jueves entre las 11:00 y las 23:00 horas. Los Viernes, sábados y domingos: de 11:00 a 24:00 horas. Permanece cerrado el resto del año, excepto los temporadas de Halloween y Navidad.

Esperamos que no tengas mucho vértigo si vienes a visitar el parque. De todos modos, aún no siendo amigo de las emociones fuertes, merece la pena entrar.

¿Quieres evitar las colas para entrar al Tívoli?: Compra la entrada con antelación en Civitatis y te saltarás la espera en la entrada > Haz click aquí y compra tu entrada al Tívoli

Podrás entrar y salir del recinto pero tienes que hacerlo por la Food Gallery donde te ponen el sello para poder entrar de nuevo. Dentro multitud de opciones para comer. Elegimos Mazzoli’s, un italiano. 30 € cada uno y buenos platos de pasta.

Saliendo y muy cerca del Tivoli, la Gliptoteca, la colección privada de Carls Jacobsen donada al estado por el magnate (125 coronas).

La iglesia de San Salvador

Y finalmente la iglesia de San Salvador, aquella cuya curiosa torre cuenta con una escalera de caracol. Para llegar cruzamos el puente peatonal junto al moderno edificio Blox, sede del colegio de arquitectos daneses y el Five Circles bridge frente al Black Diamond. No se puede negar lo bonito de este último paseo por Copenhague.

Para subir a la torre de San Salvador se pagan 65 coronas. De nuevo vale la pena hacerse con la reserva online. Y desde luego que merece la pena la fatigosa subida de los 400 escalones, como premio: algunas de las mejores vistas de Copenhague. La iglesia barroca cuya construcción comienza en 1682 se caracteriza por su capitel que queda rematado en una peculiar escalera de caracol abierta y que tendrás que coronar. Cuidado con sufrir de vértigo, los últimos 150 escalones están totalmente expuestos y solo una barandilla de metal te separa de una buena muerte.

Esta terminación tan característica fue añadida al proyecto inicial 50 años más tarde. Sus 90 metros de altura son visibles desde cualquier punto de Copenhague.

Inmejorable final para nuestra escapada de cinco días a Copenhague. Al día siguiente emprendimos la vuelta.

Lo que se quedó por hacer en Copenhague

La fábrica de Carlsberg estaba de reformas así que nos quedamos con ganas de visitar la fábrica. Nunca nos ha parecido la mejor cerveza del mundo pero la historia de Jacobs Jacobsen es apasionante y lo que leímos de la visita merecía la pena. Para la siguiente.

El castillo Kromborg, junto a Rosenborg y Christianborg fue el tercero que nos recomendaron visitar. Situado a unos 50 minutos en tren desde Copenhague nos dio pereza ante la sucesión de malos días. Parece que los jardines son uno de sus must y no hicieron los mejores días para visitarlo.

Y seguro que mucho más, pero nuestro ritmo de viaje es tranquilo y así fueron nuestros cinco días de viaje en Copenhague. ¡Cuéntanos tus recomendaciones en los comentarios!

Te dejamos los enlaces a los artículos de Viajéfilos sobre Dinamarca

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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